El conflicto como motor de la historia
El conflicto es el auténtico motor de cualquier historia. Impulsa la trama hacia adelante y mantiene en vilo a los lectores.
Gracias al conflicto generamos la denominada «tensión narrativa» así como cambios significativos en el desarrollo de nuestros personajes porque estos deberán amoldarse a las diferentes escenarios y giros de trama.
Puede haber conflictos internos puramente emocionales, conflictos de poder o conflictos fantásticos.
10 conflictos para tu novela
Voy a compartir contigo los que yo creo que son los 10 tipos de conflictos que harán que cautives a tus lectores. Ten en cuenta que cada conflicto puede adaptarse según el género narrativo que practiques.
- Conflicto interno de los personajes: Explora los dilemas morales, las luchas emocionales y los desafíos propios de los personajes, como la lucha entre el deber y el deseo, o la búsqueda de la identidad.
Un ejemplo: un personaje lucha contra un error cometido en el pasado y trata de redimirse en el presente. Se pelea con la culpa, la frustración, consigo mismo, en definitiva. - Conflicto de relaciones interpersonales: introduce conflictos entre los personajes, como rivalidades, traiciones, secretos o malentendidos que afecten las relaciones entre ellos.
Un ejemplo: dos amigos que se ven envueltos en un triángulo amoroso y acaban enfrentándose entre ellos por el amor de esa tercera persona. - Conflicto familiar: hablamos aquí de diferencias en el núcleo familiar, problemas entre padres e hijos, hermanos…
Un ejemplo: una mujer se enfrenta a la tesitura de renunciar a la herencia familiar para poder perseguir su sueño, diametralmente opuesto a lo que su familia desea para ella. - Conflicto social o cultural: aquí trataríamos las diferencias culturales, los prejuicios, la discriminación o las desigualdades sociales que afectan a los personajes y su entorno.
Un ejemplo: Matar a un ruiseñor, de Harper Lee. En este libro se habla del racismo y se tratan los prejuicios de manera magistral. Un clásico de la literatura que es un claro ejemplo de este tipo de conflicto. - Conflicto externo: un suceso ajeno va a poner en un brete a los personajes. Puede ser una guerra, una epidemia, un desastre natural…
Un ejemplo: una historia postapocalíptica donde un grupo de personas trata de sobrevivir a un ataque zombi. - Conflicto de poder: dentro de un contexto social, político o económico, este conflicto habla de lucha por el control y el poder.
Un ejemplo: dos líderes intentan hacerse con el poder de una nación, con ganar la presidencia de un partido o dos familias que se enfrentan entre sí para lograr la hegemonía sobre un territorio. - Conflicto de objetivos opuestos: aquí cada personaje va a ir en busca de sus propios intereses y enfrentará a los personajes.
Un ejemplo: El señor de los anillos, de Tolkien. Vemos claramente cómo existe una lucha entre Frodo y Sam, inclusive Gollum, por llevar a cabo su propio objetivo lo que les lleva, inevitablemente, a entrar en conflicto. - Conflicto con el entorno: hablaríamos aquí de desafíos naturales, condiciones climáticas adversas u obstáculos geográficos que dificulten el progreso de los personajes.
Un ejemplo: un grupo de exploradores se adentra en el desierto en busca de un tesoro oculto. Durante el viaje tendrán que enfrentarse a tormentas de arena, falta de agua, un campo de minas… ¡No se van a aburrir si tú no quieres! - Conflictos sobrenaturales o fantásticos: incorpora elementos sobrenaturales, mágicos o fantásticos que generen conflictos adicionales en la trama, como la presencia de criaturas míticas, poderes mágicos o fuerzas oscuras.
Me encanta este tipo de conflicto porque podemos utilizarlo en un género como el realismo mágico.
Un ejemplo: un mago pierde sus poderes, una mujer se hace consciente de los dones sobrenaturales que posee y descubre que puede comunicarse con las almas errantes… - Conflicto de tiempo: utiliza conflictos relacionados con el paso del tiempo, como plazos límite, urgencia temporal o la lucha contra el envejecimiento, para crear tensión y mantener el ritmo narrativo.
Un ejemplo del uso de este conflicto: la serie de Netflix La casa de papel.
La importancia de un buen conflicto
Como te he mencionado al principio del post, un buen conflicto va a ayudar a que se mantenga la tensión narrativa. Va a permitir que el lector se enganche a lo que le estás contando porque «le interesa» el desenlace.
A la hora de escribir tu novela, además de pensar en los temas y los personajes, es fundamental que pienses en los conflictos que quieres que se generen.
De esta forma, te resultará más fácil plantear capítulos, escenas y secuencias donde se sucedan de manera natural las diferentes situaciones sin que parezca un giro forzado.
Es a través de los conflictos y los desafíos que estos suponen para los personajes, que vemos un desarrollo y un cambio en su personalidad y carácter. Los vamos conociendo a partir de cómo se enfrentan a las diferentes situaciones que se les plantean.
Pueden caernos mejor o peor, pero nos conectamos con su evolución y eso hará que la historia que cuentas en tu libro resulte memorable o, por el contrario, se pierda en la memoria puesto que no ha habido un suceso significativo que cale en la mente y el corazón de tus lectores.
Cuéntame en comentarios qué conflicto te interesa más, cuál has trabajado en tus historias y a cuál quieres hincarle el diente.
Recuerda, todo es práctica y juego.
¡Vamos a divertirnos escribiendo! Con calma y sutil perseverancia.
👉🏼 Si todavía quieres saber un poquito más sobre los conflictos, mira el vídeo que he preparado explicando cada conflicto. ⬇️