Capítulo 7.
¿Necesitas consejo?
Escribir es cuestión de perseverancia.
Calma y sutil perseverancia
Vale. Quieres más. En realidad, no hay mucho más que decir. Hasta que no te enfrentes a la obra, no vas a descubrir qué necesitas aprender y mejorar. Hasta que no estés escribiendo el diálogo entre dos de tus personajes, no vas a comprobar si fluyen sus palabras o son forzadas de modo que resulten creíbles. Lo mismo sucederá hasta que no describas un paisaje, una acción, el carácter de un personaje.
Creo que cometemos el error de pensar (y me incluyo), que las respuestas al cómo escribir un libro nos las tiene que dar alguien desde fuera. Bien. Yo puedo ayudarte. Cualquier otro escritor podrá ayudarte aportándote sus sugerencias basadas en su experiencia. Pero como acabas de leer, el aprendizaje te lo da la experiencia.
Escribir es una experiencia.

Aquí inicia el camino de autoconocimiento como escritor/a.
En estos vídeos te lo explico mucho mejor. CONTENIDO SOLO DISPONIBLE PARA ALUMNOS/AS DEL CURSO «Déjame que te cuente». Descarga el cuaderno de ejercicios que los acompaña y continuemos.♡
No te digo en estos vídeos nada que no sepas. Quizá, sí te recuerdo algo que ya sabes. 😉
Soltar al universo
Este es un momento crucial. Perder el miedo a mostrar tus textos, eliminar la vergüenza y aceptar que tus historias podrán gustar o disgustar. Es el precio a pagar por ser artista, artesano/a de las palabras. Recuerda apagar el ruido de fondo. Que si llegan críticas duras sepas rescatar lo positivo de ellas y si llegan halagos, te refuercen para seguir mejorando tu narrativa pero sin que se te suban a la cabeza. Que ya hay demasiados semidioses en este mundo. 😅

Te comparto unas cuantas citas inspiradoras:
El buen artista cree que no hay nadie tan bueno como para darle consejos. Tiene una vanidad suprema. No importa cuánto admire al viejo maestro; quiere batirlo. Solo puedes aprender a partir de tus propios errores.
William Faulkner
Como todo escritor primerizo estaba llena de ideas. Pero cometía el error típico del escritor primerizo empeñado en escribir sobre ideas geniales. Tenía una idea genial, me ponía a escribir y a los siete folios ya no sabía por dónde tirar. Y es que las ideas geniales solo dan para siete folios. Mi problema era el sostén técnico.
Almudena Grandes
A la edad en que yo escribí mi primera novela, crees que lo que te ha pasado a ti y tienes que contar es tan intenso que no le ha pasado a nadie más, hasta que te das cuenta de que es lo mismo que le ha pasado a todo el mundo. Creo que este es uno de los principales problemas con los que se enfrenta el escritor de ficción en la adolescencia y la juventud: no es capaz de fabular y convertir el mundo que vive en un mundo de ficción autónomo e independiente de la realidad en que se basa. Está todavía demasiado imbuido de sus propios sentimientos y le parece que contando solo lo que siente o le pasa ya basta. Y no basta. Por intensos que sean los sentimientos, por fantástica que sea la historia, si una persona no tiene la capacidad de fábula, aquello no deja de ser más que un reportaje, unas memorias, algo híbrido, pero no narrativa. La narrativa es la construcción de un mundo al que solo se le piden dos cosas: que sea coherente y que sea creíble.
Rosa Regás
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Al soltar aceptas que la historia ya no te pertenece.
Ábrete a sus nuevas interpretaciones.
La mejor escuela, la lectura
No dejes de leer en ningún momento. Los libros son la mejor escuela. Lee autores distintos, nútrete de las historias que cuentan, pero sobre todo, de cómo las cuentan. Lee con ojos de aprendiz. Recuerda lo que has escuchado en las lecciones anteriores.
Si ya tienes claro cuál es tu género literario favorito, lee a autores que te ayuden a crecer. No te conformes con las modas. Lee clásicos. Lee autores noveles. Lee autores autoeditados. No juzgues sus trabajos, aprende de sus métodos.
Y si tienes la oportunidad de conocer a algún escritor, pregúntale. Yo aún no he conocido a ninguno que no le guste hablar de literatura o de su oficio. Ve con preguntas claras, confía en la bondad del ser humano. Y si te sale algún borde por el camino, no le compres el siguiente libro. 😂 Es broma. Ser buen escritor no te garantiza ser buena persona. Así que busca a aquellos que reúnan estos dos requisitos para que te inspiren.

Lee libros sobre escritura. Y blogs. A día de hoy hay cientos de blogs (y muy buenos) que desgranan el oficio de escribir como si fueran recetas maestras. Yo abogo por los que piensan en que el aprendizaje se basa en la propia experiencia. Te pueden dar pautas, pero solo tu perseverancia y tu tenacidad te darán resultados.
Y por último, acude a talleres de escritura. Online y presenciales donde tengas contacto directo con otros alumnos. (Apúntate a mi equipo de escritores 😉, hasta aquí el autobombo). Trabajar en grupo sirve para abrir tu mente, ayudarte a ser más creativo y para aprender de los textos de los demás. Cuando de una misma idea nacen decenas de textos distintos, tú como autor solo puedes crecer al comprender que tanto la escritura como la vida dependen del enfoque.
Usa el poder de tu imaginación
Desde el primer momento en que escuché esta canción de Amaral y Moby me quedé prendada de ella y creo que la he utilizado en cada curso de escritura que he impartido.
Me transmite tantas emociones y me ayuda tanto a volar…
Volar, soltar, imaginar, crear.
♡
Atrévete. Descúbrete. Déjate inspirar.
Escribe mucho. ✍🏼❤️
Este es el índice de todos los capítulos que componen el curso.