Reto literario de octubre 2019
Quédate con esta imagen. 39 palabras. Un reto literario. ¿Te ves capaz de escribir una historia de no más de 300 palabras? ¿Te apetece descubrir el resultado de mi ejercicio? Mira, mira… ⤵️
RETO LITERARIO OCTUBRE 2019
—Las 39 palabras de este mes—
aceite – huevera – guacamayo – Pimpinela – ángel – anaconda – cantimplora – asíntota – encefalograma – miedo – complicidad – nube – beta – payaso – portada – felicidad – croquetas – aurora boreal – tentempié – cangrejo – vuelta – Muse – afilador – pinza – otoño – serendipia – ilusión – hater – Oslo – resiliencia – tesoro – reciprocidad – ampolla – embudo – Azores – Zaldunborda – traicionar – sincronicidad – sol
Aquí mi relato de este mes. ¿Prueba superada? ⤵️
Serendipia boreal
Solo necesité una canción de Muse para traicionar a mi subconsciente y viajar de vuelta al sol de Oslo y a la aurora boreal. Recordé de pronto el tentempié bajo los cielos color turquesa; palitos de cangrejo, tostadas con aceite y una huevera vacía. Una pareja de las Azores compartió con nosotros su petaca de whisky que, más bien parecía una cantimplora con embudo, y llegó a mi memoria su risa cuando nos hablaron de croquetas españolas.
¿Estábamos en el umbral del paraíso conversando sobre comida? Fue surrealista. Viajaban con un guacamayo en la furgoneta, se les iba mucho la pinza. Ángel les dio conversación haciendo gala de su resiliencia natural; parecíamos Pimpinela llevándonos la contraria.
Yo quería silencio, aislamiento sensorial, encefalograma plano para observar el cielo y alguna que otra nube retando al infinito. Buscaba desesperadamente que este viaje me devolviera la complicidad con él. Más que felicidad sentía miedo. No quería fastidiar el espíritu de esas vacaciones, pero como si tuviera una ampolla enorme en el corazón, protesté debido al roce por cada mínimo movimiento. Todo me molestaba. Me convertí en la hater number one de su ilusión. El proyecto beta de reconciliación. No conseguía poner nada de mi parte.
Ángel me dejó tan pronto comenzó el otoño. La sincronicidad entre la noticia y el estridente llamado del afilador colándose por la ventana, de nuevo, convirtió la escena en la portada de un disco ochentero. Se iba a Zaldunborda. Hizo el payaso para quitar dramatismo a la ruptura. Le insulté. «Venga, tesoro, no te pongas así». Una anaconda me estrujaba el estómago mientras trataba de mantener la dignidad en pie. Lloré cuando cerró la puerta tras de sí. La reciprocidad tenía fecha de caducidad.
No le culpo, la serendipia puede hacerte dar un giro de 180 grados a tu vida y uno se enamora sin querer. He tachado Portugal de mi lista de destinos. Me he convertido en la línea asíntota que lo acompaña. La distancia entre nosotros tiende a ser cero, aunque nunca nos tocaremos.
Escribir con otras palabras
Lo cierto es que no recuerdo bien cuándo empecé con los retos literarios en Instagram. Me pareció divertido pedir que me enviaran palabras, no creí que fueran a ser muchos los participantes y… ahora se ha convertido en todo un evento que mi comunidad instagramera espera el primer fin de semana de cada mes.
Algunos participan para retarme con palabras complejas y hacerme sudar tinta, otros para vacilarme, y muchos para leerme al día siguiente y para escribir conmigo probándose como escritores. Si bien hay quien ya lo es, me encuentro con autores amateurs que utilizan este ejercicio para ejercitar su creatividad.
¿Qué me dirías si te digo que lo intentes? Pensarás que estoy loca, pero si sigues mis relatos en esta web, verás que de loca poco, y de apasionada mucho.
A escribir se aprende escribiendo
Lo decía Simone de Beauvoir y lo repito yo hasta la saciedad.
Escribe. 😉
Juega. ♡
Diviértete. ✍🏼
¿Así de sencillo?
No, no es así de sencillo. Antes de escribir organizo bien las ideas, compruebo que comprendo bien el significado de todas las palabras, hago parejas a priori absurdas para trabajar su musicalidad y después sí, me permito jugar y a ver qué sale. Fuera autocensura y fuera miedos. Escribo para mí.
La imagen de la aurora boreal la he tomado de Pixabay, una web de imágenes libres de derechos que es gratis. (¡Gracias, gente bonita que compartís! )
La música que acompaña este relato no podía ser de otro grupo que no fuera el que se cita en el texto. Muse. Palabra sugerida por Maite de caminoinverso.com ¡Gracias, bella!
Esta canción me chifla.
Me hace muy feliz tener este blog y estrenar esta web en un día tan significativo para mí. (Aunque esa es otra historia que no voy a contaros hoy).
Y escribir en él.
Y que me leáis.
¡Besos! 💗
Natalia
Te conozco como escritora pero no conocía esta actividad de hacer relatos a través de una serie de palabras. Me ha gustado mucho, me ha sacado una sonrisa ( que es mucho en este momento). Luego he escuchado esa preciosa canción, que tampoco conocía, y se fue la sonrisa y llegó la lágrima ( fácil de llegar en este momento también).
Bueno todo esto para decir que me ha gustado tu relato y cómo lo has presentado. Enhorabuena !!!
Itziar Sistiaga
¡Muchas gracias! La escritura, como las personas, ofrece tantas posibilidades… Este es un ejercicio de escritura creativa que me encanta porque me ayuda a salir de mí. Cuando escribes con palabras que no son tuyas, a la fuerza tus asociaciones de ideas se vuelven otras. Y la música, que siempre está presente en mis relatos, es una forma de conectar con la historia de otra manera más sutil. Si te ha hecho sentir cositas, genial. Me alegro. Y recuerda que todo, sea lo que sea, acaba pasando. No hay tempestad que cien años dure. Un beso grande. ♡