Antes de empezar con esta entrada que ha salido desde mis entrañas, ¡notición! Desde hoy puedes escucharme (en Ivoox y SoundCloud), además de leerme.
Estoy empezando con el podcast, así que sé condescendiente conmigo. Sé que queda mucho por mejorar (¡todo!), pero lo que cuenta es empezar a andar el camino.
🔈 Dale al play ⤵️
Sea que me leas o me escuches, espero que mis palabras te lleguen. 🙌🏻💗
¿Quiénes son tus 5?
La primera vez que leí esta cita, me impactó.
Eres la media de las cinco personas con las pasas más tiempo.
Jim Rohn
Me hizo pensar mucho, porque yo siempre he estado rodeada de gente, pero nunca había llegado a preguntarte por qué, ni mucho menos, qué me aporta cada persona de mi mundo. Me imagino que, como tú, aceptaba a las personas que formaban parte de mi universo porque siempre habían estado ahí, porque son miembros de mi familia y la familia… (pon voz de «El Padrino» al leer esto).
El caso es que a medida que he ido avanzado en esto del autoconocimiento y del desarrollo personal, me he dado cuenta de que es fundamental saber elegir bien a tus cinco. En baloncesto lo llamamos el quinteto inicial, el que arranca el partido, el equipo titular.
¿Quiénes son para ti?
¿Recuerdas a Chicho Terremoto? Me rio sola al pensar que, hoy en día, estos dibujos son políticamente incorrectos, pero me ha hecho mucha gracia ilustrar el deporte que amo y esta entrada, con un personaje que ninguno elegiría para su quinteto inicial. ¿O tú sí?
El discurso
Define quiénes son las 5 personas con las que pasas más tiempo. Paso número 1, completado.
¡Fantástico! Sigamos.
¿Y ahora? El paso número 2, va de prestar atención a qué tipo de personas son y cuál es el discurso que mantienen a diario.
¿Son personas creativas? ¿Optimistas? ¿Alegres? O por el contrario, ¿están quejándose todo el tiempo de esto o de lo otro? ¿Son activas, pasivas? ¿Son negativas? ¿Enfermizas, dinámicas, ágiles, atléticas? ¿Líderes o esclavos? ¿Han superado grandes retos vitales o son personas acomodadas? ¿Viven en la escasez o en la abundancia? ¿Son agradecidas? ¿Tienen vida social? ¿Qué hacen en su tiempo libre? ¿Ven la televisión más de dos horas al día? ¿Escuchan la radio? ¿Van al teatro? ¿Salen de casa? ¿Dibujan, pintan, cantan, escriben? ¿Lloran desconsoladamente? ¿Se enfadan por casi todo? ¿Se ríen cada poco? ¿Sonríen?
Fíjate que no te hablo de elegir a 5 personas al tuntún, sino de tomar conciencia de lo que estás recibiendo en tu día a día. Porque si las emisiones de estas 5 personas pueden afectar tanto a tu propia persona, ¡ostras!, lo suyo sería que eligieras muy muy bien quiénes van a nutrirte e inspirarte. ¿O eres masoca? ¿O estás cómodo/a en la queja y la desidia? ¿O acaso no serás tú uno de los emisores de toxicidad emocional para el resto?
Mírate al espejo
Por norma general, es más sencillo criticar que mirarse al espejo. Juzgar a uno, al otro, ponerle etiquetas… En definitiva, es muy sencillo quejarse. La queja es basura emocional que lanzas al que tienes delante. Y si estás solo, no cae en saco roto (no creas), se acumula alrededor de ti de forma invisible, llegando incluso a ocultarte.
¿En serio eres esa persona que solo sabe hablar desde un estado de oscurantismo?
Todos tenemos problemas o situaciones complejas que debemos solucionar. Tras cada una de ellas, salimos reforzados. Y esto es una evidencia. Básicamente, es la vida. Tras cada prueba llega un aprendizaje vital. El quid de la cuestión radica en cómo transitas ese problema, en cómo lo gestionas y cómo lo superas. En cuántas personas próximas a ti derribas por el camino con tu mala gestión emocional, con tu mala praxis verbal y con tu actitud en general.
Y no se trata de intentar aparentar una resiliencia y asertividad que no existen, sino de que te hagas responsable de tus vertidos. ¿Te suena eso de acción-reacción? Si eres un generador/a nato/a de broncas, ¿qué esperas recibir? ¿Ternura? ¿Comprensión? ¿Cariño? ¿Buenas formas?
Si durante todo el día solo lees noticias sobre violencia, política y chanchullos, enfermedades, o si formas parte de conversaciones agoreras, estás rodeado de gente gris y no te abres a la luz del día, insisto: ¿qué esperas recibir?
¿Cuánto pones de ti?
Este aspecto también me resulta muy interesante. Esperamos que las cosas cambien en nuestro entorno, pero no nos movemos. Nos quedamos quietos esperando que alguien tome las riendas de nuestra vida. Esperamos a que el médico nos diga que estamos sanos o enfermos (¡toma ya pedazo responsabilidad que delegamos!). Esperamos que nos llamen para salir. Que nos organicen una cita romántica. Que nos compren un regalo de nuestro gusto. Que nos acompañen a algún lugar que es importante para nosotros sin tener que pedirlo (¡claro! Damos por supuesto que la gente sabe leernos la mente). Esperamos recuperar un buen estado físico, pero no nos movemos del sofá ni cambiamos hábitos que de sobra sabemos que son nocivos…
Por esto, repito la pregunta: ¿cuánto pones de ti?
¿Eres de lo que se aferra a la famosa frase de «yo soy así y si me quieres, me tienes que aceptar así como soy»? O esta otra, mi favorita: «yo no tengo por qué cambiar».
¿Sabes? Todas esas personas que te enervan porque las ves felices, alocadas, con éxito y satisfechas consigo mismas, son personas que han mudado la piel muchas veces y están abiertas a los cambios, porque entienden que la vida es un proceso evolutivo, no una lucha por aferrarse a patrones viejos y obsoletos que solo nos causan sufrimiento.
Las personas felices son las que te hacen de espejo de quien puedes llegar a ser, si te mueves, si vas en busca de ti mismo/a. No es un parto fácil volver a nacer, pero te aseguro que merece la pena.
El miedo al cambio
Terreno pantanoso.
¿Por dónde empezar a cambiar? ¿Cómo? ¿Me aíslo si me doy cuenta de que mi entorno es parte de mi pasividad? No necesariamente. Aprende a poner límites. En tus hábitos, en tus relaciones, en ti mismo/a.
Uno enseguida descubre si algo le sienta bien o le sienta mal. Si una compañía le hace sentirse mejor o le carga.
Y también sabe si lo que hace por inercia, lo hace para huir de algo o para disfrutarlo.
Cambiar para mejor es muy sencillo si abres los ojos y te haces responsable de todo cuanto te rodea y de todo cuanto generas. Y… sí, puede que dé miedo saber que en tu nuevo universo habrá personas con quienes no pases tanto tiempo, o que incluso dejes de verlas por tu propia salud mental y emocional, pero el espacio que dejan se abre a personas que sintonizan con tu nuevo tú y tus necesidades y deseos actuales.
Si en tu entorno no están esas 5 personas que te inspiran y te hacen sentirte bien, sal a buscarlas. Elige a tus modelos de vida y conviértete en el modelo de vida de alguien que sea el que salga a buscarte para ficharte en su equipo.
Mi equipo vital
Por si te sirve mi experiencia, mi equipo vital lo componen personas que no forman parte de mi vida desde que esta comenzó. Son personas que he ido conociendo a través de los años en circunstancias muy diferentes y son referentes en mi día a día, porque ninguna de ellas vive resignada, rendida o vencida.
Son hombres y mujeres que pelean por sus sueños, que sufren como todo hijo de vecino, pero no se ahogan en penas, buscan soluciones. Son luchadores, creativos/as, alegres. ¡Sonríen siempre! Tienen mucho sentido del humor. Saben reírse de sí mismos. Proponen planes, generan encuentros, son agradecidos, humildes, empáticos. No se enfadan por tonterías. Saben diferenciar la paja del grano en apenas décimas de segundo. Son resolutivos/as. Inteligentes. Cuidan su cuerpo con deporte, yoga y alimentación. También salen de fiesta, pero no descontrolan. Meditan. Cultivan su espiritualidad. No esperan que esté disponible para ellos a todas horas, porque saben de sobra que cada uno está inmerso en su propia batalla personal y que verse es un regalo y lo toman como tal, sin reproches, sin cuentas pendientes de «yo hice por ti esto y tú no». Son honestos/as, sensatos/as y muy humanos, pues se equivocan cada día y toman malas decisiones que les afectan económica, social o emocionalmente. Sin embargo, no son víctimas. No te arrastran en sus desgracias. Te llaman para celebrar sus victorias.
¿Y sabes? Cuando descubres que este tipo de personas existe… ¡Uff! No vuelves a ser el mismo. No viven en los mundos de Yupi, para nada. Viven en sus propios universos esperando que más almas despiertas lleguen a sumar y aportar. No van a ir a buscarte, te aviso, porque están muy ocupados/as creando su propia realidad. Eso sí, cuando llegues, te recibirán con los brazos abiertos y no te dirán «ya tardas» o «¿ahora vienes?».
Los que vivimos en estos nuevos mundos, en cierta forma, observamos el cambio y lo celebramos. Y no solo somos equipos de cinco, sino que somos cientos y miles de personas las que nos nutrimos unas a otras de buenrrollismo, energía limpia e inspiración.
Hoy mismo he estado desayunando con dos mujeres muy distintas entre sí que están a pico y pala con su vida y sus sueños. Mujeres emprendedoras, sonrientes, valientes y creativas que en hora y media han planificado y compartido sueños, miedos y experiencias. ¿Este es el tipo de conversaciones que tienes o el que desearías tener?
Creo que hablo en nombre de las tres si te digo que salgas a buscarlo.
El cambio y la celebración
Si te unes a la alegría de vivir, si te animas a remar a favor de la energía de este 2020, aquí te espero. Como canta mi querido Enrique Bunbury, «muere un poco para nacer mejor».
Te dejo aquí dos enlaces que espero te sirvan para reconectar. Música, libros inspiradores y un beso (sin enlace). ❤️
- Palosanto. Este cd de Bunbury es puro despertar espiritual hecho canciones.
- Misión emprender. Un libro de Raimon Samsó y Sergio Fernández sobre emprendizaje, que creo que es aplicable a cualquier proceso de toma de conciencia. Recomendable 100%.
Y si aún necesitas más inspiración, mira este cortometraje. 😉
Por cierto, desde hoy, podrás escuchar también todas mis entradas. Serán mis relatos relatados por mí, pinchando en el enlace correspondiente. Me encontrarás en las plataformas de podcasts. Poquito a poco, haciendo camino al andar. 😉
Si te ha gustado esta entrada, estaré encontradísima de leerte y de saberte.