Mamá, quiero ser ARTISTA… ¡digo, escritor! ¡Escritora!
¿A que nada más leer este título Concha Velasco ha aparecido como por arte de magia?
Esta mujer marcó a toda una generación cantando a los cuatro vientos que quería ser artista.
Convirtió sus sueños en algo innegociable, demostró su absoluta voluntad de intentarlo y le confesó a su madre su determinación.

Confieso que siempre la admiré. Que me parecía una mujer valiente y resuelta y que sobre el escenario supo poner arte y corazón.
Sin embargo, cuando hablamos de escribir… de escribir de verdad…
¿Cuántos nos atrevemos a confesar que queremos hacerlo?
Para empezar, hasta la edad adulta no solemos sentir que tenemos algo que contar.
Hemos de haber vivido multitud de experiencias vitales importantes e incluso extraordinarias para decidirnos a dar el paso y plasmar nuestras vivencias sobre el papel.
Luego, además, en cuanto empezamos a escribir nos sentimos vulnerables y expuestos y todos los miedos se desatan y nos paralizan.
¡Hola, Síndrome del impostor!
¿Quién me creo que soy para escribir un libro?
¿Escribir un libro no está destinado solo a unas pocas personas tocadas por la mano De Dios?
Stop! 🛑 ¿Puedes releer la última frase?
¿Quién ha dicho que eso sea así? ¿Dónde está escrito que otros pueden y tú no?
Escribir es hacerse muchas preguntas.
Mirar bien hacia dentro para descubrir dónde nacen nuestros sueños, dónde se ubican las expectativas y en qué momento se activan los bloqueos.
¿Tienes miedo a escribir? Entiende qué es el Síndrome del impostor.
Lee, lee mucho
También es necesario leer mucho.
Ya lo dice el gran Stephen King, quien lleva la friolera de 76 novelas publicadas.
«Si no tienes tiempo para leer,
no tienes herramientas para escribir».
Los libros han sido nuestra escuela. Las historias de quienes nos preceden son las que han dado alas a las nuestras: las que nos han inspirado y por qué no, motivado.
Gracias a la escritura tenemos un arma fantástica para comunicarnos, porque no tenemos que olvidar que escribir es un acto de comunicación.
Tienes que encontrar tus palabras y tu ritmo.
Se necesita práctica. Constancia.
Leer y escribir, leer y escribir, leer y escribir.
Todos tenemos un por qué
A veces me imagino una conversación con Concha Velasco.Parece que nada ni nadie ha conseguido quitarle las ganas nunca.
Valoro muchísimo su tenacidad (ya lo he dicho, ¿verdad?)
Puedo hablarte también de Luz Casal y cómo fueron sus comienzos recién llegada a Madrid desde su Galicia natal, llamando por teléfono, una a una, a cada persona que creía que podía echarle una mano.
Ella misma cuenta que creyó morir muchas veces ante tanta negativa, ante tanta frustración, ante el abismo…
Pero perseveró y cada mañana continuó intentándolo.
Le preguntaría cómo logró sobreponerse a la incertidumbre, cómo superó la inseguridad… aunque me imagino su respuesta: «era una necesidad vital».
Como la tuya o la mía.
Cuando conviertes tu pasión en tu motor, no hay frenos ajenos que valgan.
¿Te has planteado frente al espejo por qué quieres escribir?
¿Para qué?
¿Quién te gustaría que te leyera?
Estas preguntas son muy importantes porque a veces completamos el cuento de la lechera antes de saber qué es lo que nos mueve en realidad y nos bloqueamos sin haber tecleado una sola palabra.
¿Quieres escribir por y para ti?
¿Quieres demostrarle algo a alguien?
¿Sueñas en grande, pero no te atreves ni a decírtelo a ti misma?
Ponle pasión
Cualquier actividad que realices necesita pasión y constancia.
Todas las personas empezamos con mucha energía y poco a poco va ganándonos la pereza, la inseguridad…
Escribir es sobre todo un acto que requiere perseverancia.
Apunta este mantra:

Así que te propongo una cosa: ponte este vídeo cada vez que desconfíes de la decisión que has tomado. Cada vez que te sientas insignificante y creas que es un absurdo escribir. Cuando te escuches en tu cabeza diciéndote que no sabes o cuando resuene que a nadie le va a interesar lo que escribas. Ponte esta canción y vuelve a coger el cuaderno.
Rendirse nunca es una opción.
Además, recuerda, lo digo siempre en mis clases: a escribir se aprende escribiendo. ♡
Apunta en tu cuaderno cuáles son los motivos que te impulsan a escribir.
¿Por qué escribes? ¿Para qué? ¿Para quién?
¿Qué es lo que más te bloquea? ¿A qué le tienes miedo? ¿Qué te abruma?
¿Qué creencias relacionadas con la escritura y la figura de los escritores tienes?