¿Un booktrailer?
¿Y por qué no? Las grandes editoriales los utilizan como reclamo de marketing, una forma de que se hable de los libros fuera de las librerías, para consumir en un formato del que nunca nos cansamos: el vídeo. Si no, pensad a ver por qué los anuncios siguen siendo los reyes de la publicidad. El pastizal que pagan las empresas para ser el famoso primer spot del año tras las campanadas.
Un booktrailer es como un anuncio del libro. Puede ser solo un elemento de marketing y ya, o puede contar una historia dentro de la historia. Esto último es lo que yo tenía en mente y lo que Javier Tolosa ha dirigido y montado de forma magistral. Ni en mis mejores sueños hubiera podido imaginar que íbamos a tener un vídeo como el que tenemos.
Mirad:
El making off de Maldito Gorri
Todo empezó con un café. Javi y yo nos conocemos de Irún de toda la vida (ITV). Nos hemos pegado alguna que otra juerga juntos (🙄) y solemos quedar para tomar café y ponernos al día de nuestros proyectos creativos a corto y a largo plazo.
Él es actor de cine, teatro y televisión. ¿Os suena?
La cosa empezó así:
—Oye, Javi, ¿sabes lo que estaría genial? Grabar un booktrailer de Maldito Gorri. Es una historia con tanta vida, tanta aventura y con tantas emociones…
—¡Pues lo hacemos!
—¿En serio?
—¡Claro! Estando el mundo como está, vamos a crear.
A partir de ahí fue ponernos a escribir una escaleta con los planos que necesitaríamos, pensar en quién haría de Agustín joven y de Agustín adulto y ver cómo —en tiempos de confinamiento y toque de queda— salir a grabar cumpliendo todas las normas y protocolos de seguridad.
En primer lugar, elegimos la música. Yo lo tenía muy claro. Sabéis que soy fan absoluta de Santero y los muchachos y mientras escribía la novela, esperando en un semáforo (aunque suene a tópico), sonó Guantanamera. De repente vi a Gorri: «tan pronto tan tarde, tan lejos tan cerca, me hiciste preso, valiente cobarde», y me explotó la cabeza.
¡Era la canción!
Así que tuve que tragarme mis vergüenzas y escribir a mis Santeros para pedirles, por favor, el permiso para utilizarla en algo que ni siquiera sabía cómo iba a quedar. A las pocas horas recibí un mensaje que decía «tienes el ok del grupo» y pegué un grito. Podíamos empezar a grabar. 🤩 ¡Os adoro, chicos! Gracias, gracias, gracias.
Encontrar un pelirrojo
Pues… como que imposible. O al menos en mi círculo más cercano. Pero sí recordé que la barbita de mi amigo Iñaki Alzaga tiene destellos pelirrojos, así que le escribí.
—¿Me ayudarías a grabar un vídeo? Te necesito de actor. Quiero que hagas de Agustín joven.
La risa de Iñaki es muy particular, cuesta describirla, se ríe con el alma, con todo, con la boca bien abierta y echa el cuerpo para atrás tapándose la cara. Es pura disposición, buen rollo y confianza. No en vano llevamos más de viente años juntos, compartiendo momentos de lux para bien y para mal. Es tan bonito haber vivido esto contigo…
Milesker, Kito. Maite zaitut!
Y ahora necesitamos un Agustín adulto
Y llegó Antxon. Antxon y su dron. Antxon y su forma de hablar en plural: «nos está quedando precioso, Itzi. Seguro que es un librazo y seguro que a la gente le gusta mucho. Estamos haciendo un buen trabajo».
¡Cuánto nos reímos grabando en el Palace! Un Palace cerrado que Manu abrió solo para nosotros, en un día de más de veinte grados y chimenea encendida para lograr un efecto de calidez… ¡Qué sudada! ¡Qué risas! ¡Qué divertido hablar de un libro que no se había leído frente a una mujer a la que acababa de conocer!
Las serendipias, casualidades y el humor
Es que no puedo describirlo de otra manera. Conseguimos que nos dejaran grabar en un caserío, conseguimos un dron y un adolescente en un frontón, conseguimos unas katiuskas, todos los papeles que Agustín me dio para que me documentara sobre su vida y tantos otros pequeños detalles que parecían venir orquestados por hilos invisibles de posibilidad…
Por ejemplo, fuimos al faro de Hondarribia a grabar, no sabíamos cómo llegar a determinado lugar y apareció justo quien nos abrió la puerta. Luego, quien nos prestó su barco. ¡Su barco, sí! Aquí debo contaros una anécdota que me hace reír y mucho, porque está claro que esto es cosa de vascos.
—Oye, Javi, igual deberíamos rodar algo en un camión.
—¿Un camión? ¿Y de dónde sacamos un camión, Itzi?
Lo sorprendente de esta conversación no fue que no hubiera un camión, sino que a Javi le pareciera factible y fácil conseguir un barco. 😂 Lo dicho: cosas de vascos.
Gracias a Norberto Emazabel por permitir que nos subiéramos al Tuku Tuku, después de la faena. Conocer las tripas de un pesquero, os juro, no se me va a olvidar jamás.
¿Y qué más os puedo contar? Que hoy, 20 de noviembre de 2020 a las 20:00, no tengo ni idea de cómo va a salir esto. No sé si el libro gustará o no, no sé si el booktrailer se entenderá y si llegará a mucha gente o no. No tengo ni idea de nada y, sin embargo, estoy feliz.
Feliz porque lo hemos intentado.
Feliz porque en tiempos de prohibiciones y encierros hemos dejado volar la creatividad y hemos creado.
Feliz por el equipo de vida que tengo.
Feliz porque hemos materializado una idea con los pocos medios de los que disponíamos, aunque eso sí, hemos puesto todo nuestro corazón.
Y yo también hablo en plural, porque una sola puede lograr grandes cosas, pero en equipo… En equipo podemos llegar tan lejos…
¡GRACIAS A TODOS! ¡Gracias, gracias, gracias!
Itziar ♡