No es un simple gracias
¿Te has parado a pensar en ello alguna vez? ¿En qué momentos das las gracias? ¿A quién? ¿Por qué?
Y, en contrapartida, ¿cuándo has sentido que no han valorado tu esfuerzo y te has quedado esperando que pronuncien ese simple «gracias»?
Porque en realidad, un «gracias» no es un simple «gracias».
Para experimentar la gratitud es necesario ser muy consciente de que nadie está en obligación ni de ayudarte, ni de regalarte, agasajarte o tenerte en cuenta. Si lo hacen, es de forma altruista, de corazón a corazón. Y eso sí que es un regalo.
Según mi querida R.A.E, la gratitud es un sentimiento de aprecio y valoración por las acciones que otros hacen a nuestro favor. Implica una especie de «deuda moral» por quien hace el bien. No busca compensarla, sino que nos hace elevar la estima por quien nos hace un favor o nos prodiga un bien; además, nos impulsa a estar abiertos a la posibilidad de corresponder por el beneficio recibido.
Me gusta el concepto de «deuda moral» aplicado a la gratitud. Es toma de conciencia pura. Reparar en que esto no va de caminar solo, sino de dejarse ayudar y de ofrecer tu mano.
La gratitud
—¿Sabes que me han concedido una beca de emprendimiento? Estoy súper contenta.
—Enhorabuena. ¿Cuánto te van a pagar?
—Unos doscientos euros durante un par de meses.
—¿Solo? ¡Qué miserables!
Tras esta conversación me quedé pensando en el concepto que tenemos cada uno de nosotros sobre el dinero, el agradecimiento y la vida en general. ¿Cómo no estar agradecido por poco que sea? Y de hecho, ¿quién determina cuánto es mucho y cuánto es poco?
Quien ofrece lo que tiene, no está obligado a más.
La gratitud es la reina de las virtudes. Es la virtud tsunami, la que tras experimentarla te hace sentir satisfecho, alegre y en conexión con el universo, al mismo tiempo que te aleja de sentimientos como el arrepentimiento, el resentimiento o la envidia. La gratitud conecta. De hecho, implica cooperación, trabajo en equipo. Recibir ayuda y ofrecerla.
Dime qué agradeces…
Me gusta observar a las personas.
Quizás es por mi faceta de escritora o contadora de historias, no lo sé, pero me gusta observar a la gente. Me interesan sus comportamientos, sus reacciones y sus palabras. Presto especial atención a quienes son agradecidos. ¿Por qué? Porque quienes agradecen lo que les sucede te abren los ojos.
Dar las gracias te conecta con el aquí y ahora. Te hace ser consciente sobre lo que sucede, y sobre tu propia vida y su proceso. No hablo solo de las gracias materiales por un regalo o una ayuda determinada ante una situación, pongamos, el pinchazo de la rueda del coche. Hablo de las gracias profundas.
Las del todo incluido. Lo bueno y lo no tan bueno. Lo que ha dolido, lo que ha costado superar, ausencias, errores, traiciones y duelos.
Gracias por la experiencia.
Diario de agradecimiento
¿Tienes uno? ¿Sabes lo que es?
Un diario de agradecimiento es un cuaderno donde anotas, bien por la mañana nada más levantarte o bien por la noche antes de acostarte, motivos por los que estás agradecido. Pensarás que es absurdo. Lo sé. Hace años yo también renegaba de este tipo de ejercicios.
A día de hoy, están absolutamente integrados en mi día a día. ¿La diferencia? La sensación de plenitud, de conexión o de consciencia de lo afortunada que soy. Hasta en días grises.
Se trata de abrir los ojos.
¿Puedes leer este post? ¡Gracias! Porque tienes internet, has podido acceder a la educación que te permite aprender a leer, tienes un ordenador o un smartphone que te sirve de pantalla… ¿Sigo? ¿Ves por dónde voy? También estás respirando mientras me lees. Sin respiración asistida. ¡Wow! Tus pulmones funcionan. Tus ojos. Tus manos. ¿Me estás leyendo desde casa? ¿Desde el trabajo? ¡Bingo! Tienes un hogar, un empleo, espacios de asueto… 🎁
La gratitud atrae más motivos por lo que estar agradecidos. ¡Haz la prueba! Haz un listado de cosas por las que estás agradecido ahora mismo. Si te habitúas a realizar este ejercicio, verás cómo tu actitud cambia con respecto al mundo en general, tu percepción se irá modificando. De la mentalidad de escasez, solo con este ejercicio, puedes pasar a sentirte pleno/a. ¿Te animas a hacer la prueba? Ya solo estar vivo es un motivo para dar gracias. Independientemente de la situación que estés viviendo. ¿Cuál es tu enfoque? Medítalo. 😉
Ahora lee esto: no ser agradecido es dar por supuesto que todo lo que te rodea y que las personas que conforman tu mundo están ahí para ti porque sí. Es un narcisismo de manual. Es más, quienes no son agradecidos son capaces incluso de quitar méritos y negar haber sido ayudados en muchos momentos. ¿Te identificas?
Estas personas suelen estar enfadadas con el mundo entero por definición. Nada les es suficiente, todo es susceptible de ser mejorable y tuercen el gesto ante la alegría ajena. ⛔️ ¡Cuidadito con ellos/as! ⛔️
Querida tristeza,
Aquí llega la parte complicada. ¿Cómo agradecer una pérdida, un accidente, un drama? Precisamente, no mirándolo como un drama, sino como una experiencia más de la propia vida. Una oportunidad para crecer como individuo, para aprender a gestionar aún mejor la emociones y para reinventarte.
Observa la naturaleza. Estaciones, cambios constantes, caos, desastres naturales y, después, calma chicha. Un nuevo amanecer cada día.
El río fluyendo siempre en busca del mar, abriéndose paso sin detenerse.
Agradece que te quisieron. Agradece que quisiste. Agradece la experiencia. Agradece la existencia de quien amaste. Los aprendizajes. Incluso las escenas que dolieron, agradécelas. Agradece el paso por tu vida de quienes un día te llenaron de amor o compañía, de ternura. Agradece haber disfrutado. Agradece el paso del tiempo, seguir amaneciendo cada mañana y tener la posibilidad de empezar de cero, de crecer, de sumar, de ayudar. Agradece tus aciertos y tus fallos. Agradece el aire que respiras. Agradece por tus amigos, tu familia, tus mascotas, tu hogar, tu salud, tus objetos, tus espacios libres…
La gratitud es un homenaje.
A veces estamos tan pendientes de que nos hagan caso, que nos olvidamos que nosotros, en el mismo instante en que estamos esperando ayuda, podemos ofrecerla a terceros. Hay que cambiar el foco. De dentro hacia afuera. ♡
Fue precioso hablar sobre la gratitud en la clase de escritura emocional del sábado pasado en Akelarre Sorgunea. Yo este año tengo tantos motivos para dar las gracias… Y repito: no ha sido sencillo cambiar la perspectiva. Sin embargo, te aseguro que ha merecido la pena.
Al igual que cerrar los ojos y escuchar a Violeta Parra cantando esta preciosísima canción. Cuando no encuentres motivos, escúchala. Y cuando los tengas bien definidos, celébrala. ⤵️
El artista que acompaña esta entrada es Fred Tomaselli. Me encanta.
La imagen de cabecera, en cambio, no sé a quién pertenece. Si conoces al autor o autora, avísame para que le otorgue su merecido reconocimiento.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
¿Secundas la moción y agradeces algo ahora mismo? 🙌🏻💗
Te leo.