
Estrellita Barbián tocaba el saxofón. Según su vecino, era una taladradora de tímpanos. Ignoraba su esfuerzo y calificaba de «escándalo» la música que importunaba su silencio.
Heura era un insolente mamporrero que conducía una Harley Davidson, vestía siempre un polo blanco de Lacoste y bebía tequila en el almuerzo para disimular el aliento a pollo y ajo y así sortear los días de resaca en resaca, siendo un figurante dentro de su propia vida, solitario, agrio, aunque de corazón noble.
Cuando Estrellita llamó a su puerta, lamía con avidez un Pirulo tropical perdido en pensamientos obscenos, tras haber intentado completar sin éxito el enésimo crucigrama. «Ratificación», «camarilla», «honestidad», leyó en la última página de la revista. No podía evitar buscar las soluciones.
¿Qué se le habrá perdido a esta?, pensó. La descubrió azorada. Le costaba respirar.
—¡Ayuda! —exclamó tan pronto se abrió la puerta—. Tiene un bisturí.
—¿De quién hablas?
Estrellita se adentró en el apartamento y habló atropelladamente.
—Me lo dijo el oráculo. ¡Me lo dijo! Me dijo que volvería. Fue una experiencia reveladora. ¿Sabes de qué hablo? Estoy muy sensible. ¿Eres espiritual? ¿Si te hablo de algo así de sobrenatural me entenderás?
—Disculpa, pero no sé si necesitas ayuda realmente o…
—¡Amistad! Necesito un amigo —rogó tomándole de los hombros—. Alguien a quien poder hablarle de la liberación que siento fuera de esa maldita casa. Alguien a quien pueda decirle que la hijidad me atormenta, que me asusta. Lo perdí… Alguien a quien poder mostrarle mi vulnerabilidad y que me comprenda, sin culpas. Alguien a quien no le moleste mi trabajo, mis viajes; me ocupo de la organización de eventos. ¿Conoces Alejandría? Deberías visitar la nueva biblioteca. Alguien al que…
—Perdona—interrumpió en el momento álgido de su discurso—, no logro entender qué puedo hacer por ti.
—Dame cobijo esta noche, escúchame —imploró Estrellita fuera de sí.
—No soy psiquiatra, lo siento.
—Lo sé; no dejas de vapear obscenidades, ¿acaso crees que no te oigo?
—Gajes del oficio —reveló hastiado—. Pensaba que aquí el único que escuchaba de más al otro era yo. ¡Vaya con la famosa «autora» de serenatas del vecindario!
—¿Eso dicen? Al menos no soy «el ornitorrinco».
—¿Así me llaman?
—Hablo de él.
—¿Llamo a la policía?
—¿Pueden detener a los fantasmas?
Eran las tres de la madrugada cuando Estrellita se quedó dormida en el sofá de Heura. Fue la primera noche en que ninguno de los dos tuvo que hacer uso de narcóticos o alcohol. Por la mañana, ella regresaría a su apartamento de puntillas y sin hacer ruido. La soledad puede llegar a ser la enfermedad autoinmune más nociva para la mente y para el corazón. A veces las pesadillas unen a las almas solitarias. Solo a veces. Otras, los fantasmas campan a sus anchas por los escenarios cotidianos y se comen el decorado y las pocas fuerzas que quedan para luchar contra los recuerdos que duelen.

Reto literario de julio. ¡Madre mía con la creatividad!
¿Sabéis que este mes en que yo pensaba que me lo ibais a poner facilito por estar de semi-vacaciones resulta que ha sido el mes con más participantes y más palabras? ¡Toma ya! ¡Qué locura más creativa! ¡Gracias, gracias, gracias!
Esta es la lista de este mes.
43 palabras para el reto literario de julio 2019.
RATIFICACIÓN – CRUCIGRAMA – REVELADORA – TALADRADORA – SENSIBLE – SOBRENATURAL – ORÁCULO – FIGURANTE – BISTURÍ – AJO – ESPIRITUAL – AMISTAD – MAMPORRERO – MÚSICA – HARLEY DAVIDSON – HIJIDAD – AUTORA – POLLO – SILENCIO – ORGANIZACIÓN – ALEJANDRÍA – TEQUILA – POLO – CAMARILLA – LIBERACIÓN – ESCÁNDALO – PIRULO TROPICAL – SAXOFÓN – ESTRELLITA – BARBIÁN – ALMUERZO – VULNERABILIDAD – RESACA – ORNITORRINCO – RESPIRAR – HONESTIDAD – INSOLENTE – VAPEAR – ESFUERZO – AUTOINMUNE – PENSAMIENTOS – HEURA – ÁLGIDO
A escribir se aprende escribiendo
Creo que puedo repetir esta frase hasta la saciedad. Si os parece alucinante leer un relato así de loco basado en 43 palabras propuestas por auténticos desconocidos, es porque nunca he dejado de escribir y de probarme como escritora. Somos como los músicos, que practicamos y practicamos…

La creatividad se trabaja, la escritura también. Esto es escritura creativa, de hecho. Y es jugar con las palabras. Yo disfruto poniéndome a prueba. ¿Por qué no lo intentas? No es necesario que utilices todas, utiliza las impares, por ejemplo. O las pares. Y escribe. Apaga la censura mental, elimina el «es súper difícil» y deja que la historia te encuentre. ¿Por qué palabra vas a empezar? ¿Cuál te resulta más sugerente o llamativa? ¿Cuál es la más difícil de colocar según tú? Ve a por ella desde el principio y continua. Haz asociaciones de ideas que no sean lógicas. Busca cambiar el significado a las palabras y otorgarles uno nuevo. Redescúbrete.
Me apasiona este ejercicio.
Me siento muy afortunada por tener a tantas personas al otro lado de la red que participan en este reto. ES UNA MARAVILLOSA LOCURA COMPARTIDA.
Ejercicios de escritura creativa para verano
Además de este ejercicio, en la cuenta de Instagram @itzisis, he propuesto esta misma semana en IGTV un método muy chulo de trabajar la creatividad y la toma de conciencia. Se trata de anotar cada día una palabra que resuma la sensación del día, o una palabra que te evoque lo vivido ese día.
Propongo anotarlas todas en un cuaderno o en las notas del móvil y a final de verano, el día 31 de agosto, por ejemplo, con todas esas palabras (una por día), intentar hacer el relato del verano que hemos vivido.
En caso de no escribirlo, simplemente, leyendo todas las palabras, conseguiremos conectar con lo vivido y ser conscientes de que cada día que pasa aprendemos, avanzamos y dejamos algo atrás.
Espero que lo pongáis en práctica. Y no solo de cara al verano. Es un goteo de palabras constantes que, de veras, nutren mucho. ¡Intentadlo!
Os dejo con el arte de Olga Khaletskaya y sus collages y una canción que es un clásico y que creo que le va a esta entrada como anillo al dedo.
¡Nos leemos, gente bella!
Itziar
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